martes, 28 de septiembre de 2010

LA VIDA ES UN RATICO

                                                ¡Hay que disfrutarla al máximo!

La vida es un regalo que Dios nos ha dado a nosotros los seres humanos para vivir con mucha felicidad. Es decir el ser humano fue creado para ser feliz, a pesar de las circunstancias, de las situaciones por las que estés pasando.

Nos aseguramos de que encontraremos la felicidad con el éxito, pero, nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos. La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito. La felicidad no es un destino, es un trayecto. Todo el tiempo que vivimos, sentimos, soñamos, lloramos, nos entristecemos,  son parte de ese trayecto. ¿A que se debe? A que estas situaciones nos hará mejorar como personas, con experiencias nuevas, con capacidad de aprender y luchar por nuestros objetivos, a ser frágiles y fuertes sin dejar que nuestro corazón pierda la fé.


La vida está llena de detalles que te pueden producir esta felicidad, y también, tu familia, tus amigos, tu pareja, por muy desafortunado que te sientas por la vida que te toco tener, Dios ha sido bueno contigo, también ten en cuenta las cosas buenas que has experimentado. Cuando cambies tu forma de pensar todo mejorará, piensa que Dios te creo para ser feliz y verás las cosas mucho mejor.


Recuerda ser feliz!!! Y dá siempre lo mejor y recibirás lo mejor. A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas y si tu eres amable, las personas pueden mirarte como extraño o interesado, aún así sé amable. Si eres un vencedor, tendrás amigos algunos falsos, asi como algunos enemigos verdaderos, aún así, vive como un vencedor. Si eres honesto y sincero, las personas pueden engañarte, aún así, sé honesto y veraz. Lo que tardaste años en construir, alguien puede destruirlo en minutos, aún así edifica. Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia, aún así sé feliz . El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana, aún así no dejes de hacer el bien. Dale al mundo lo mejor de ti y aunque eso nunca sea suficiente, sigue dado lo mejor de ti mismo. Y recuerda que, al fin de cuenta estas cosas son entre tú y Dios. Nunca fue algo entre tú y ellos.


La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros… Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado…  Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable... No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida... Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida...


  Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados… Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos... Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación… Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte… De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…  El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas... Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda. El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado. A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...?  Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final. Amigos… hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena. 



“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”FELIZ VIAJE!!!


Autora: Karolina Bacalao.Karuxp19@hotmail.comTwitter:@MuchoGustoKaroFacebook: Karolina Bacalao