domingo, 26 de agosto de 2012

SE TRATA DE PERSPECTIVA

Este post se lo dedico a todos mis lectores del Blog. Un abrazo.

Hace pocos días fui a un plan vacacional con los jóvenes de la iglesia, y me correspondió dar un mensaje al equipo. Dije muchas palabras de reflexión en  una de esas noches, compartí lo siguiente: “Que tristeza cuando el amor causa extrañeza”… Lo leí en un libro de Ricardo Bulmez, desde que leí eso jamás se me olvidó, y quiero profundizarlo.

Una vez le pregunté a un señor:

-¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a tú esposa “te quiero”?
-¡¿A quién?! – Me contestó extrañado.
-A tu esposa.
-¡¿A mi esposa?!
-Si… ¿Ella te dice cosas bonitas?
-No me hagas reír.........

Estamos acostumbrados a recibir y a dar castigos más que caricias, más golpes que besos, al maltrato más que al buen trato. Es más fácil reclamar que felicitar: ¡Esta sopa quedó horrible! Protesta el esposo, pero cuando está deliciosa no dice: Mi amor… Te felicito, simplemente se la toma. Si le falta un botón  a la camisa pone el grito en el cielo y si los tiene completos calla, se viste y se larga. Nuestro corazón está más acostumbrado para recibir críticas o desprecios que para las alabanzas o piropos. Una vez alguien comentó de un mesonero lo siguiente: “Este tipo parece raro”, porque era muy amable, todo un caballero. ¡Qué tristeza cuando el amor causa extrañeza!


Qué tristeza cuando la violencia se ve "tan normal" y el amor causa extrañeza. El amor no es solo una cualidad de la vida cristiana, es la vida cristiana en su totalidad... Amar a los demás como Jesús les ama, es la clave para un crecimiento Espiritual y crecimiento Ministerial. Creo que todavía no hemos comprendido la dimensión del amor con la cual el Señor nos pide que amemos, ya que su amor no tiene límites, es exagerado, sobrenatural y extravagante.

Jesús sabía que el amor en aquellos y estos tiempos iba a parecer extraño, y de alguna manera nos deja un nuevo mandamiento para que no perdamos el norte de lo que realmente es importante. En Juan 13:34 nos dice: “Un nuevo mandamiento os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”. Los discípulos ya conocían la Ley pero este mandamiento era algo nuevo, se sabía que tenían que amar al prójimo. Pero… como "Jesús los había amado", eso sí que era nuevo. Ya que el amor de Jesucristo implica amar a Dios por sobre todas las cosas, y hasta dar la vida por sus semejantes. Es cierto que existen muchas personas que necesitan de ti, pero si no amas a tu familia, a tus hermanos y la gente que te rodea, ¿Cómo piensas conquitar el mundo? ¿Cómo piensas amar a un projimo necesitado? Si no provees primero para los tuyos, (es decir que le brindas todo tu amor y bienestar), la Biblia dice que has negado la fe y eres peor que un incrédulo 1 Timoteo 5:8. 

Jesús dió la vida por nosotros, así que mucho menos le costaría compartir sus bienes materiales, dinero, y todo lo que posee. ¡Así ama Jesús! Desprendiendose de todas las cosas... Para demostrarnos que lo que realmente vale es lo que tenemos en nuestro corazón. Amar es entregarse totalmente. Amar es querer dar siempre lo mejor para esa persona, sin esperar nada. Amar es cuidar, proteger, sonreír a pesar de todo.

Nosotros nos hemos acostumbrado tanto a los malos tratos que cuando recibimos un poco de cariño nos sentimos incómodos, extraños y hasta amenazados. Eso aunque a veces nos cueste creerlo hay personas que se encargan de utilizar la sin hueso solo para destruir vidas sin motivos especiales. El mal está por encima del bien, eso es más que obvio, por eso en la calle se puede salir y actuar con violencia con toda libertad, en cambio para demostrar amor, para dar un beso… Para decirle palabras de amor a alguien hay que estar escondiéndose. Para cuidar que no hablen aquellas bocas sedientas de un suculento banquete. Conozco la historia de dos amigos que eran como hermanos, su trato era muy especial siempre que se veían se daban un fuerte abrazo y beso en la mejilla, si se veían todos los días, todos los días se saludaban así de esa forma tan efusiva, donde sea, delante de quien fuera… eso no les importaba. No pasó mucho tiempo en que se levantara un chisme sobre estos muchachos, se regó la voz de que eran homosexuales, hasta el punto que hicieron que aquella bonita amistad entre dos mejores amigos llegara a su fin, solo para que la gente “no hablara”. ¡Qué tristeza cuando el amor causa extrañeza!

¡Qué ridiculez! ¿No? Estoy segura que quien inventó ese chisme era alguien que estaba ardido en su corazón por no recibir ese afecto que se desbordaba entre esos amigos. Pero es normal que la gente hable, siempre lo harán. Hay personas que se cohiben de expresar lo que sienten por pensar en el que dirán, en el que pensarán los demás, entre otras cosas. Existen personas que hablan mal de los demás porque lo han asumido como un deporte, no les importa si eso afecta tu vida, si te dañan tu reputación y mucho menos si te derrumban espiritualmente. Ellos hablan porque la verdad es que su vida es tan gris que necesitan dibujarla con un poquito de color saboteando la vida de los demás. Una vez me llegó una cadena por el Messenger que ilustra lo que estoy escribiendo:

Un burro, un niño y un viejo pasan por un pueblo… El niño va encima del burro y la gente del pueblo dice: ¡Mira al niño que malvado tiene al viejo caminando y el comodísimo en el burro! Pasan por el siguiente pueblo, el viejo va encima del burro y dice el pueblo: ¡Que viejo más desconsiderado, pobre niño! Pasan por el otro pueblo, los dos van encima del burro y la gente dice: ¡Pobre burro! Pasan por el otro pueblo los dos caminando y la gente dice, ¡Pero qué estúpidos! ¿Por qué no se montan en el burro?

Moraleja:La gente hablará siempre”. Hagas lo que hagas siempre van a hablar. Así que mi consejo desde lo más profundo de mí ser y mi corazón es que ames intensamente, y que seas como tú eres. No te cohibas, expresate. Gritale a esa persona delante de todos lo mucho que te gusta. Lo mucho que la admiras o que la quieres. No esperes que la persona a la cuál tú amas muera para poder decirle encima de un ataúd lo mucho que la amabas, que la querías. No esperes halagarla cuando ya no pueda escucharte. Cuando su corazón ya no pueda sentirte. Cuando sus ojos ya no puedan verte a los tuyos y puedan gritarte con su brillo, un: ¡Gracias por tu amor! ¡Cuántos seres queridos se nos van para siempre y nunca oyeron de nuestros labios un te quiero! No somos malos sino descuidados... Y olvidamos a la gente que queremos. Muchas veces manifestamos amor cuando ya es tarde. Hacemos lo imposible para asistir a un entierro pero no hacemos lo posible para asistir a sus cumpleaños. Abraza más, besa mucho, halaga a las personas, recuérdales sus virtudes, vive con intensidad los momentos especiales con las personas que tú amas y que son importantes para ti.

El corazón humano está hecho para dar y recibir amor, no para odiar y recibir desprecios. Por eso hay que prepararlo, entrenarlo para el bien. El amor se logra amando dentro de uno mismo, con acciones, no hay otra forma. Sé de una persona que se lanzó de un trampolín a una piscina sin agua, vacía… Algunos pretenden amar estando vacíos de amor. Cuando alguien no se ama así mismo, en vez de apreciar, castiga, hace mucho daño “amando”. La única forma de que una lámpara alumbre en la oscuridad es que ella misma se ilumine para que todas las cosas adquieran color. Así, el que quiera amar que se encienda de amor, que se ame así mismo para que brille...

Seré excéntrica en esto con el caso de nosotros los Cristianos, siempre vivo escuchando eso de que “Se debe cuidar el testimonio” es cierto que uno como Hijo de Dios tiene su código de honor, pero no se hace dejando por fuera cosas realmente importantes. Ser así  nos convierte en religiosos, cuidando una apariencia absurda que nos hace hipócritas, como el no besar a tu pareja en público porque mueres en el intento. Estamos confundiendo actos inmorales con demostraciones de afecto y de amor. La santidad es una cosa diferente a esa que muchos creen, y se trata de la integridad, de lo que haces cuando nadie te ve. Nos preocupamos por “cuidar el testimonio” y no cuidamos por ejemplo la lengua que papá Dios nos hizo para cantarle alabanzas, adorarle, hablar con Él y predicar su palabra.

Algo personal les diré: Si te da pena agarrarla de la mano y decirle que la amas delante de quien sea, no la amas. Si no tienes el valor de gastar tu dinero para un buen detalle, no la amas. Si no tienes esas ganas de gritarle al mundo que como esa persona ninguna ¡No la amas! El amor es una motivación interior que te incita a mejorar cada día como ser humano. Pensarán de mi lo que quieran pero a la gente que yo amo, que yo quiero, que yo admiro… Ya saben que eso pienso de ellos, se los he dicho. Y siempre que pueda se los voy a demostrar, con chocolates, besos, bombas y platillos. No soy de las personas que hablan… Yo elegí ser de esas personas que hace para que las demás hablen. Nunca permitas que la opinión de alguien sea más importante que la opinión que DIOS tiene sobre ti. No lo olvides...

¿Qué es lo que te impide que ames y seas amado? Se trata de perspectiva. Es cuestión de revisarse, aunque mejor no revises nada porque te convertirás en un intelectual del amor… Sé como un fax: Envía y recibe. No importa lo que la gente piense, simplemente ama y déjate querer. ¡En esto consiste la verdadera felicidad!


“Ama tanto a las personas, que se pregunten por qué”. Rick Warren.


Autor: Karolina Bacalao
Twitter: @MuchoGustoKaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario